Agustín Sainte-Beuve, escritor y crítico literario francés del siglo XIX y amigo personal de Victor Hugo, dijo que "La única manera de vivir muchos años pasa por hacerse viejo". Y envejecer no es agradable casi nunca, aunque todos estaríamos dispuestos a reconocer que la otra opción es mucho peor.
La práctica de algún deporte o actividad física moderada a cualquier edad es muy saludable, los beneficios del ejercicio físico, según reconoce la OMS, ya se manifiestan en las personas mayores simplemente con pasear, cuando menos, durante media hora diaria.
El profesor WC Roberts, Editor de la prestigiosa revista American Journal of Cardiology, decía lo siguiente: "Nos encontramos ante un nuevo agente que reduce el colesterol, disminuye la tensión arterial elevada, mejora la contracción del corazón, dilata las coronarias, enlentece el pulso acelerado, disminuye el azúcar en la sangre de los diabéticos y que es, además, adelgazante y, por añadidura, un excelente tranquilizante, antidepresivo y facilita el sueño nocturno". Este nuevo y milagroso agente no era otro que ¡El ejercicio físico!
Un estudio llevado a cabo en Argentina, demostró que los socios de los clubes de deportes, entre ellos clubes de golf, tenían menos obesidad, había menor porcentaje de hipertensos, de diabéticos y de fumadores, con lo cual estaban sometidos a un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
El ejercicio físico moderado disminuye el riesgo de sufrir enfermedades circulatorias, en general, y el temido infarto de miocardio, en particular. En las personas que han sufrido un infarto de miocardio sigue siendo de utilidad reanudar una actividad física moderada en cuanto la curación del infarto se haya consolidado, lo que ocurre en general al cabo de unas semanas, y siempre después de la necesaria valoración cardiológica, que determinará el tipo y la intensidad del ejercicio más recomendable en cada paciente.
La práctica del golf en personas de cualquier edad es beneficiosa. También en los mayores de setenta e incluso más años, siempre que adapten el nivel de actividad deportiva a sus posibilidades físicas.
Es el golf un deporte muy completo en el que predomina el ejercicio dinámico, de movimiento, sobre el ejercicio estático, de tensión. Un simple recorrido de nueve hoyos conlleva un gasto de energía equivalente a caminar unos cuatro kilómetros. Teniendo en cuenta el resto de actividad nos permite estimar un gasto calórico entre 650 y 860 kilocalorías que, para los entendidos en Física equivalen a un kilovatio/hora o, si se quiere expresar de otra forma, a las calorías que aporta una comida de dos platos y postre, aproximadamente.
Es cierto que, pasada la cincuentena, son frecuentes las molestias articulares y es común la presencia de artrosis, que pueden suponer un condicionante negativo para la práctica de cualquier actividad deportiva, incluido el golf. Unos ejercicios de precalentamiento, con movilización y estiramiento de músculos y articulaciones implicadas en el swing, unos minutos antes de iniciar un partido, son siempre recomendables y pueden prevenir eventuales lesiones. El swing moviliza hasta 124 músculos de nuestro cuerpo, que suponen aproximadamente la cuarta parte de la totalidad de la musculatura, así como numerosas articulaciones de manos, brazos, columna vertebral, pelvis, piernas y pies.
En general, un recorrido de nueve hoyos dos o tres veces por semana, unido a un control del swing medio o tres cuartos, según los casos, es perfectamente tolerado por la mayoría de los menos jóvenes.
El contacto con la naturaleza, cuyos tonos y matices cromáticos siempre nos sorprenden. La buena compañía y la cordial amistad con los compañeros y amigos del club, que se va acrisolando después de tantos recorridos, partidos y campeonatos. El regocijo de todos con los buenos golpes, la solidaridad en la búsqueda de la bola que se obstina en desaparecer de forma inverosímil, y también del café o del refresco en la cafetería, una vez consumado el recorrido, momento propicio para comentar los avatares de la jornada, en el campo y fuera de él, constituyen importantes aditamentos a la práctica deportiva propiamente dicha, suficientes para fomentar el buen humor y el optimismo, que, a fin de cuentas, son también componentes esenciales de la buena salud, y que hacen del golf un deporte realmente "completo".
Ignacio Ferreira Montero
Catedrático de Cardiología
